Ø Elasticidad y resistencia muscular
Es la capacidad
de los músculos en distenderse y recuperen su largor inicial tras efectuar una
contracción; este proceso depende sobre todo del largor inicial de
las fibras musculares, ya que cuanto mayor es la longitud de las mismas,
más amplio será el movimiento de contracción y distensión posibilitando una
mayor la elasticidad muscular que es una propiedad que no se mejora
con los ejercicios de esfuerzo sino a través de los estiramientos de las
fibras musculares en los calentamientos aumentando indirectamente la
fuerza y la potencia.
Mientras
el tono muscular corresponde a la tensión interna a que los músculos
son sometidos, de modo a permitir que el cuerpo y varios segmentos esqueléticos
se mantengan en equilibrio cuando están en movimiento o cuando permanecen
inmóviles.
Dado
que el tono muscular es controlado por el sistema nervioso autónomo,
acostumbra intervenir en el equilibrio corporal y en otras funciones
importantes.(Cappuccio, 2016)
De
hecho, la tensión de los músculos de las piernas favorece el impulso de la
sangre de los miembros inferiores para el corazón, mientras que la tensión de
los músculos de la pared abdominal contribuye a la protección y fijación de los
órganos internos.
La
prolongada inactividad física propicia el desarrollo de una hipotonía o déficit
de tono muscular; en contraste la práctica regular de ejercicio físico
contribuye para el mantenimiento de un tono muscular adecuado previene los
problemas provocados por la hipotonía.
Por
otra parte la resistencia muscular es la capacidad de los músculos
para realizar un esfuerzo moderado durante un determinado periodo de tiempo;
esta calidad depende en gran medida de la cantidad de oxígeno que el sistema
cardiorrespiratorio consigue transportar hacia los músculos.
Los
ejercicios físicos que propicien el desarrollo de un esfuerzo muscular moderado
y prolongado, igualmente conocidos como ejercicios de resistencia (por ejemplo
correr, pedalear o escalar), mejoran significativamente la capacidad
cardiorrespiratoria y el índice de extracción de oxígeno por parte de los
músculos, aumentando la resistencia muscular.
Ø Elasticidad y dureza de los huesos
El
hueso es un material compuesto de dos fases: una fase inorgánica de sales
minerales y una matriz orgánica de colágeno y substancia fundamental. El hueso
posee la notable característica de combinar una gran dureza con un alto grado
de elasticidad. La dureza del hueso depende de las sales inorgánicas de que
está impregnado, las cuales representan aproximadamente 2/3 de su peso seco.
La
elasticidad del hueso por el contrario, está dada por el componente orgánico de
la matriz y, en particular, por las fibras colágenas que le confieren cierto
grado de plasticidad. (Del Campo, 2015)
Ø Dureza de los huesos
El
componente inorgánico está compuesto por una sustancia inorgánica denominada
hidroxiapatita Ca. Los componentes de la hidroxiapatita se encuentran en el
hueso en diferentes porcentajes:
Hidrógeno
(3.4%) carbono (15.5%) nitrógeno (4.0%) oxígeno (44.0%) magnesio (0.2%)
fósforo (10.2%) azufre (0.3%) calcio (22.2%)
|
Para
poder calcular la dureza de los huesos mediante la escala de MOHS debemos medir
al material inorgánico del hueso y no al hueso en sí. La escala de dureza de MOHS
se mide en una escala del 1 al 10. La escala la desarrolló FRIEDRICHMOHS, hace
aproximadamente 200 años. Los minerales más suaves tienen números bajos, y los
más duros, números elevados. Escala numérica de MOHS (ejemplo de minerales) 1
(talco) 2 (yeso) 3 (calcita) 4 (flúor) 5 (apatita) 6 (ortoclase) 7 (quarzo) 8
(topáz) 9 (corindón) 10 (diamante) para determinar la dureza de un mineral,
trate de hacerle un surco con otro objeto de igual dureza.
Por ejemplo, si con
las uñas no puede hacerle un surco a un mineral misterio, entonces sabemos que
la dureza es mayor al 2.5. Si el mineral misterioso no puede rayar un cristal,
entonces sabremos que tiene una dureza menor a 5.5
Los
cambios en la postura y en la marcha (patrón de caminar) son comunes con la
edad. Los cambios en la piel y el cabello también son comunes.
El
esqueleto proporciona apoyo y estructura al cuerpo. Las articulaciones son las
zonas en donde se unen los huesos. Estas proporcionan la flexibilidad al
esqueleto para el movimiento. En una articulación, los huesos no tienen
contacto directo entre sí. En lugar de eso, están amortiguados por cartílagos,
membrana sinovial alrededor de la articulación y líquido.
Los
músculos proporcionan la fuerza y la resistencia para mover el cuerpo. La
coordinación, aunque dirigida por el cerebro, resulta afectada por cambios en
los músculos y en las articulaciones. Los cambios en músculos, articulaciones y
huesos afectan la postura y la marcha y llevan a debilidad y lentitud en los
movimientos.
Cambios
por el envejecimiento
La
gente pierde masa o densidad ósea conforme envejece, especialmente las mujeres
después de la menopausia los huesos pierden calcio y otros
minerales.
Las
articulaciones se vuelven más rígidas y menos flexibles. El líquido dentro de
estas puede disminuir. El cartílago puede empezar a friccionarse y a
desgastarse. Los minerales se pueden depositar en algunas articulaciones y a su
alrededor (calcificación). Este fenómeno es común en el hombro.
Las
articulaciones de la cadera y de la rodilla pueden comenzar a perder cartílago
(cambios degenerativos). Las articulaciones de los dedos pierden cartílago y
los huesos se adelgazan ligeramente. Los cambios en las articulaciones de los
dedos son más comunes en las mujeres. Estos cambios pueden ser heredados.
Algunas
articulaciones como el tobillo normalmente cambian muy poco con el
envejecimiento.
La masa
corporal magra disminuye. Esta disminución se debe en parte a la pérdida del
tejido muscular (atrofia). La velocidad y la cantidad de los cambios
musculares parecen ser provocados por los genes. Los cambios musculares empiezan,
con frecuencia, a los 20 años en los hombres y a los 40 en las mujeres.
La
lipofuscina (un pigmento relacionado con la edad) y la grasa se depositan en el
tejido muscular. Las fibras musculares se encogen. El tejido muscular es
reemplazado más lentamente. El tejido muscular perdido puede ser reemplazado
por tejido fibroso duro. Esto es más notorio en las manos, que pueden lucir
delgadas y huesudas.
Efecto
de los cambios
Los
huesos se vuelven más frágiles y se pueden romper con más facilidad. Se
presenta disminución de la estatura, principalmente debido a que el tronco y la
columna se acortan.
El
deterioro de las articulaciones puede llevar a inflamación, dolor, rigidez y
deformidades. Los cambios articulares afectan casi a todas las personas
mayores. Estos cambios que van desde una rigidez leve a una
artritis grave.
La
postura se puede volver más encorvada (inclinada). Las rodillas y las caderas
se pueden flexionar más. El cuello se puede inclinar, los hombros se pueden
volver más estrechos, mientras que la pelvis se vuelve más ancha.
El
movimiento es lento y puede volverse limitado. El patrón de la marcha (andar)
se vuelve más lento y más corto. La marcha se puede volver inestable y hay poco
movimiento de brazos. Las personas mayores se cansan más fácilmente y tienen
menos energía.
La
fuerza y la resistencia cambian. La pérdida de masa muscular reduce la fuerza.
Pero los cambios en fibras musculares pueden mejorar la resistencia. Los
atletas de edad avanzada con pulmones y corazón saludables pueden notar que su
desempeño mejora en las pruebas que requieren resistencia pero disminuye en
eventos que requieren explosiones cortas de un desempeño de alta velocidad.
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